CÓMO APROBECHAS LAS HIERBAS EN LA COCINA
USO DE LAS HIERBAS COMO ALIMENTO CRUDO O COCINADO
Para emplear como alimento alguna planta, es preciso limpiarla bien, retirando trozos indeseados de plantas, palitos, arena, etc. Si no se van a usar en el acto, en el caso de los brotes, se deben dejar en un vaso con la zona cortada sumergida en el agua. Las plantas de las que se recolectan sus hojas pueden envolverse en papel de periódico un poco humedecido y guardar dentro de una bolsa o caja de plástico en el frigorífico.
En el caso de verduras que se vayan a consumir crudas que se recolecten en el agua o en zonas muy húmedas, es imprescindible lavar exhaustivamente las plantas bajo un chorro de agua y desinfectarlas metiéndolas durante veinte minutos en un litro de agua al que se le habrá añadido 1 mililitro de lejía. Tras este tiempo se deben aclarar con agua abundante. Hay quien recomienda incluso introducirlas en un litro de agua con 125 centilitros de vinagre durante otros veinte minutos.
No deben recolectarse bajo ningún pretexto plantas en zonas encharcadas donde pueda haber pastado ganado. Cada vez se están dando más casos de infección por la duela del hígado (Fasciola hepatica), un peligroso parásito que se hospeda en el hígado, provocando la grave enfermedad llamada fascioliasis.
ACEITE (O VINAGRE) DE HIERBAS
Las plantas aromáticas recolectadas se pueden usar para dar sabor y aroma al aceite o al vinagre que se vaya a usar como aliño de ensaladas. Para ello, una vez recolectadas (se puede usar romero, tomillo, ajedrea, mejorana, etc.), las plantas se deben lavar con agua abundante, secar muy bien con un trapo e introducir en un frasco o botella que se rellenará de aceite o vinagre de calidad. Al cabo de unas semanas, las plantas ya habrán aportado el aroma al aceite o vinagre. Si el producto no se va a consumir rápido, es mejor filtrar y retirar las hierbas para que éstas no se estropeen al quedar expuestas al aire conforme se va consumiendo.
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