EL PARQUE AGRARIO DE FUENLABRADA VISITA PROYECTOS EN NAVARRA
Una delegación de 17 personas del Parque Agrario de Fuenlabrada visita diferentes experiencias agrarias en el sur de Navarra. A lo largo del jueves 21 y el viernes 22 de febrero, se conocieron de primera mano la finca experimental del INTIA en Sartaguda, el centro logístico de los productores y distribuidores ecológicos Gumendi, la cooperativa […]
Una delegación de 17 personas del Parque Agrario de Fuenlabrada visita diferentes experiencias agrarias en el sur de Navarra. A lo largo del jueves 21 y el viernes 22 de febrero, se conocieron de primera mano la finca experimental del INTIA en Sartaguda, el centro logístico de los productores y distribuidores ecológicos Gumendi, la cooperativa hortícola de Ribaforada y los campos de cultivo del agricultor Alejandro Zardoya.
FINCA EXPERIMENTAL DEL INTIA EN SARTAGUDA
El Instituto Navarro de Tecnología e Innovación Agroalimentaria (INTIA) es una empresa pública del gobierno navarro encargada desde 1.980 de asesorar a cooperativas y productores, realizar experimentación agrícola, ejecución de obras y proyectos y promoción agroalimentaria. Dispone de 11 fincas experimentales, de las cuáles visitamos la de Sartaguda, de la mano de Salomón Sádaba. El sector agrícola en Navarra mantiene un buen ritmo de producción en parte debido a la industria agroalimentaria asentada en el terreno, en el que están implantadas empresas de cuarta gama, congelados y transformadoras de alimentos.
La finca de Sartaguda lleva 20 años realizando experimentos agrícolas y los últimos 5 años han estado experimentando en agricultura ecológica. Actualmente ha certificado el total de las 20 ha de la parcela. En los últimos años el sector ecológico ha aumentado gracias a que muchos agricultores convencionales se están transformando a agricultura integrada, residuo cero y finalmente ecológico, debido a que sus clientes (sobre todo supermercados europeos) están demandando cada vez más productos cultivados de manera sostenible.
Los experimentos se centran en frutales, extensivo, invernaderos y hortícolas de exterior. Podemos observar una plantación de lechuga acolchada con papel bajo invernadero, en la que se está valorando la idoneidad de sustituir el film agrícola biodegradable de fécula de patata o maíz por films fabricados con papel de diferentes colores. Utilizan un sistema de sensores de humedad del suelo, que tras un año calibrando las mediciones pueden utilizar para programar el riego monitorizando en todo momento la humedad del suelo.
Una parte importante de la gestión de la finca para reducir la acción de las plagas es la implantación de setos y bandas florales que hacen de refugio de la fauna auxiliar que se alimenta de los insectos que comen cultivos. Un buen ejemplo es el del Macrolophus pigmaeus, que sobrevive en el invierno en las plantas de tabaco, se puede soltar en el campo al aire libre y se asienta muy bien en caléndulas. Es un buen depredador de mosca blanca, heliotis y tuta del tomate. Para minimizar el riesgo de ácaros, riegan los tomates 15 minutos por aspersión en las mañanas más calurosas del verano.
Finalmente podemos ver el último apero de precisión que han adquirido para poder gestionar las hierbas en los cultivos ecológicos.
GUMENDI
Pedro Gumiel fundador de Gumendi junto con Javier Mendía, nos enseña las instalaciones del centro logístico de una de los productores y distribuidores más importantes del estado español. Estos productores de frutales y hortícolas impulsaron la incorporación a la lucha integrada en los años 80 y posteriormente se transformaron a ecológico cuando casi no había demanda de estos productos. En los 90 invierten para poder exportar sus productos, pero a partir del 2.000 procuran distribuir su producción y los productos que distribuyen fundamentalmente en el mercado peninsular. Inicialmente venden a supermercados pero luego se centran en herbolarios y en venta de cestas de productos frescos, de las que llegan a vender a 800 familias semanales. Los parones de pedidos en las vacaciones y especialmente en verano dificultan la continuidad de los repartos y las tiendas comienzan a incorporar lineales de producto fresco. Los últimos cinco años han notado un aumento notable de la demanda de estos productos, aunque también se han incorporado las tiendas especializadas en ecológico de las grandes empresas del sector que pueden provocar un estancamiento de sus ventas.
Gumendi da trabajo directamente a 60 personas en el centro logístico y 25 agricultores en el campo. Éstos últimos se organizan en 4 Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), que contratan a los agricultores, los cuales reciben su salario independientemente de las vicisitudes de los cultivos y los beneficios se reinvierten en la empresa. Además mantienen relación con otras personas agricultoras a las que compran sus productos, llegando a planificar la producción conjuntamente con algunas de ellas.
La oferta de la distribuidora llega a las 1.200 referencias de producto ecológico certificado. No han recibido subvenciones para construir sus instalaciones y han tratado de no endeudarse mucho con cada ampliación. Actualmente han devuelto todos sus préstamos y sólo invierten sus beneficios para no llegar a tener un tamaño insostenible en caso de que se acerque una mala coyuntura económica.
COOPERATIVA AGRÍCOLA DE RIBAFORADA
Ángel Santos, técnico del INTIA, nos acompaña en esta visita junto con Alejandro Zardoya, agricultor y miembro de la junta directiva de la cooperativa. En este municipio de 3.000 habitantes, los socios de la cooperativa cultivan 500 ha de coliflor, 300 ha de brócoli, 200 ha de alcachofa y una cantidad menor de tomate para industria, pimiento lamuyo y berenjena.
En los años cincuenta y sesenta en Ribaforada se cedían dos ha de terreno de cultivo para regar a manta a las parejas que se casaban, lo que fomentó la agricultura de la vega y el minifundio. Actualmente se está diseñando una concentración parcelaria para hacer más eficiente la gestión de las huertas, que incorpore el riego con presión a pie de parcela.
La cooperativa está formada por 200 socios de los que quedan 30 agricultores que dan trabajo a 10 personas fijas en la cooperativa que llegan hasta 80 trabajadores en las campañas más los jornales que se necesitan en las huertas.
Aunque en décadas anteriores había más agricultores viviendo del campo, el sector se mantiene muy activo gracias a la comercialización conjunta que permite la cooperativa. Hace cinco años comenzaron a probar el cultivo de la coliflor vendiéndolo al supermercado y gracias al potencial de poder planificar conjuntamente la producción de 30 agricultores están distribuyendo coliflor a numerosos clientes, fundamentalmente europeos. Esto les permite cerrar acuerdos más beneficiosos que si tuviesen que vender su producto de manera independiente en los Mercas.